viernes, 17 de abril de 2009

DOS GOCHOS EN EL EMPEDRAO. Jorge Jiménez


Hubo una época que al zuliano, el petróleo le estorbaba; solo le causaba perjuicios.
El reventón del “Barroso” se encargó de cambiar esa aptitud, obligando mayor atención del pueblo, el gobierno y del mundo exterior. También cambiaron nuestras costumbres y modo de vida.
Los caseríos se llenaron de musiúes, el éxodo campesino sustanció la búsqueda del oro negro. Quizás, fue ese el principal motivo de la llegada de los gochos a la ciudad de Maracaibo.
El calificativo “Gocho”, es un asunto muy polémico; para algunos es hasta ofensivo. Sin embargo, en estas líneas, nuestro interés es revelar el aprecio y consideración de dos personajes populares de la parroquia Santa Lucía, allá por los años setenta. Dos personajes diferentes totalmente, que por su procedencia, amistad, servilismo, carisma y aceptación, plenaron de alegría y amistad, la jocosa barriada del Empedrao : El Gocho Cristóbal y El Gochito Francisco.

El difunto Cristóbal Barreto, se llevó con su muerte trágica, un poco de la sensibilidad de cada uno de nosotros. Fue él, quien motivara a los jóvenes de la época, a reunirse en el enlosao de la calle Jugo con Soledad, justo en la placita de La Muñeca para enseñar a jugar Ajedrez; formando una generación de talentos que prefirió rechazar las drogas por el sabio juego.
Estas bancas, y dicho enlosao, sirvieron de aposento para el tablero; espacio de convergencia de jóvenes - hoy profesionales en su mayoría- que retornan de cuando en vez a la esquina de “La Flor del Zulia”, y entre tertulias, salen a relucir las anécdotas inolvidables del gocho Cristóbal. En el ambiente quedó el eco, al preguntar a su hijo: “Orlando, ya se fororeó?”, “Carmen, acérquese al mostrador, yo voy a jugar ajedrez con estos chonguitos”.

Otro gocho que goza de mucha estima en el sector. Se casó, tiene hijos maracuchos y se mudó del Empedrao, pero nunca dejará de ser “El gochito Francisco”.
Francisco era un pastelero que repartía en un balde la mercancía, vivía por la esquina de San Luis. Justo al lado de Nelson Romero. Salía con el recordado “Chivito”. Este personaje, al pasar por la placita, dejaba el balde a cuidar a “quien fuera” para jugar pelota de “teipe”, regresaba con los baldes vacíos sin sacar cuentas. Enamoraba a todas las muchachas del sector y regalaba los pastelitos tras una ruma de piropos: “ ¡Que molleja, por poco nacéis varón!”. Cuando la familia de Pastor Lugo iban camino a la Iglesia, les decía “Suegra, vaya Usted con Dios, que yo me voy con su hija”. O para defenderse, a Rubén González, lo comenzó a llamar “El gocho Rubén” – y así se quedó - porque su familia era de Santa Bárbara del Zulia, explicando que “pa´l maracucho, después del puente, todos son gochos”.
Actualmente, cuando pasa algún pastelero por estas calles, suele escucharse alguna comparación:
- Nojombre, mejores eran los del gocho Francisco – dice Lucía Morán.
- ... Y gratis, eran mucho más sabrosos !!! – comenta Lisbeth Lugo.
- Todavía se siente el olorcito, verdad? – pregunta Alicia
- Y eso que eran de Iguana.- se ríe Demetrio.

Sabemos de andinos y provincianos virtuosos, ilustres, intelectuales. Quizás, tanto o más destacados que los mencionados, por su honorable aporte al desarrollo socio económico y cultural de la región, pero en Santa Lucía, en la esquinita de La Flor del Zulia, quedó impregnado para siempre el recuerdo de los momentos compartidos con estos dos humildes trabajadores, buenos vecinos, grandes amigos y por sobre todas las cosas “Gochos”: Cristóbal Barreto y El Gochito Francisco.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Pueden seguir el periódico Vos Sois Voz en http://vossoisvoz.wordpress.com. Gracias Jorge Jiménez